A menudo asociamos el cordero con las festividades navideñas y las grandes reuniones familiares en diciembre, relegando su consumo al mes festivo. Sin embargo, la carne de cordero es un alimento versátil que merece ser incorporado en nuestra alimentación durante todo el año. El doctor Antonio Escribano, catedrático extraordinario de Nutrición Deportiva de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, especialista en Endocrinología, Nutrición y Medicina Deportiva, nos presenta nueve de sus beneficios poco conocidos.
- Proteínas de alto valor biológico: La carne de cordero contiene proteínas de alto valor biológico, que incluyen todos los aminoácidos esenciales necesarios para el organismo. Esto garantiza un aporte completo de aminoácidos esenciales para una salud óptima.
- Fácil digestión: A pesar de la creencia común de que la carne de cordero es pesada, en realidad es altamente digerible. El coeficiente de digestibilidad de esta carne es alto, lo que significa que se asimila fácilmente y requiere menos esfuerzo digestivo.
- Ácido fólico y hierro: La carne de cordero es rica en ácido fólico, beneficioso para prevenir defectos del tubo neural en recién nacidos. También es una fuente de hierro, así como de vitaminas B2, B6 y B12, que contribuyen a la salud y previenen la anemia.
- Ideal para deportistas y dietas de adelgazamiento: Gracias a sus proteínas de alto valor biológico y aminoácidos esenciales, es una elección acertada para deportistas que buscan mejorar la síntesis de proteínas musculares. Su contenido de vitamina B6 es valioso para el metabolismo de los hidratos de carbono y el glucógeno.
- Fortalece el sistema inmunológico: La carne de cordero contiene zinc, que desempeña un papel esencial en la lucha contra infecciones respiratorias y en la prevención de enfermedades. También aporta lisina, que estimula la formación de anticuerpos y refuerza el sistema inmunológico.
- Mejora el estado de ánimo y el sueño: El cordero es una fuente de triptófano, un aminoácido que se convierte en serotonina, la hormona de la felicidad, y en melatonina, la hormona que regula el sueño. Esto puede ayudar a reducir el estrés y promover un sueño reparador.
- Apoya la recuperación postoperatoria: La carne de cordero contiene aminoácidos como valina, leucina e isoleucina, que son cruciales para la reparación muscular y tisular, beneficiando a pacientes que se están recuperando de una cirugía y ayudando a prevenir la pérdida de masa muscular.
- Beneficios durante la menopausia: Debido a su contenido de selenio, fósforo, calcio y zinc, la carne de cordero puede ser beneficiosa para personas con osteoporosis y durante la menopausia. Se recomienda elegir cortes magros para mantener una buena salud nutricional.
- Prevención de la diabetes: Los aminoácidos leucina e isoleucina presentes en la carne de cordero contribuyen al control de la glucemia y, por ende, a la prevención de la diabetes tipo II al influir en la metabolización de la insulina.